Main
- books.jibble.org
My Books
- IRC Hacks
Misc. Articles
- Meaning of Jibble
- M4 Su Doku
- Computer Scrapbooking
- Setting up Java
- Bootable Java
- Cookies in Java
- Dynamic Graphs
- Social Shakespeare
External Links
- Paul Mutton
- Jibble Photo Gallery
- Jibble Forums
- Google Landmarks
- Jibble Shop
- Free Books
- Intershot Ltd
|
books.jibble.org
Previous Page
| Next Page
Page 4
Entremos ahora en casa de don Salvador Bueno.
El reloj de la iglesia acababa de dar las doce campanadas del mediod�a.
La casa de don Salvador, situada a la salida del pueblo, ten�a un
espacioso jard�n. En el centro de un grupo de corpulentos �rboles se
alzaba un pabell�n en donde pasaban durante las calurosas horas de la
can�cula el abuelo y el nieto largos ratos, entregados unas veces a los
ejercicios de la gimnasia y de la esgrima, otras a la lectura.[5]
En el momento que vamos a permitir a nuestros lectores que entren en el
pabell�n, don Salvador y Juanito se hallaban haciendo lo que en el
lenguaje t�cnico de los gimnasios se llaman poleas, ejercicio que
desarrolla los m�sculos de los brazos, ensancha el pecho y abre el
apetito.
El viejo y el ni�o iban vestidos lo mismo, pantal�n de lienzo blanco,
una almilla rayada ce�ida al cuerpo, zapatillas y cintur�n de lona.
Este liger�simo traje era el m�s a prop�sito para hacer gimnasia, sobre
todo en las horas calurosas del mes de julio.
--Basta por hoy, Juanito, basta por hoy,--dijo el anciano, cogiendo un
pa�uelo y limpiando el sudor que corr�a con abundancia por la frente de
su nieto.
--No estoy cansado,--contest� Juanito,--si Vd. quiere, podemos continuar
hasta que Polonia nos llame para comer.
Polonia era el ama de gobierno y hab�a sido nodriza de Juanito. El
marido de Polonia ejerc�a en la casa las funciones de mayordomo.
--No, no; tienes la cara encendida como una amapola,--a�adi� el viejo
acariciando la cabeza del ni�o--y antes de comer conviene que descanses
un poco. Vaya, �chate en el sof� con las manos cruzadas debajo de la
cabeza: esa postura es muy higi�nica. Yo voy a hacer lo mismo en esa
mecedora.[6]
Juanito, que ya se hab�a tendido en el sof�, se incorpor� un poco y
dijo:
--�Ha o�do Vd.? Parece que ha sonado un tiro a lo lejos, en la calle.
--Ser� alg�n cazador que vuelve del monte y habr� disparado la escopeta
a la entrada del pueblo.
El ni�o, que sin duda no quedaba satisfecho con aquellas explicaciones,
a�adi�:
--No, no, abuelito; yo oigo gritos y voces: algo sucede.
Don Salvador fij� un momento su atenci�n y repuso:
--Efectivamente, se oye un gran alboroto en la calle. Los gritos, la
algazara, no solamente iban en aumento, sino que parec�an acercarse
hacia aquel pac�fico retiro.
Don Salvador descorri� la persiana de una de las ventanas del pabell�n,
y asom�ndose, dijo en voz alta:
--Atanasio.
--�Qu� manda Vd., se�or?--contest� un hombre que se hallaba cavando un
cuadro de tierra cerca del pabell�n.
--Anda, hombre, anda por el postigo de la tapia a ver lo que sucede en
la calle.
Atanasio corri� hacia el sitio indicado, pero al abrir la peque�a puerta
que daba paso a la calle, retrocedi�, cayendo de espaldas contra la
tapia.
Al mismo tiempo un perro entr� en el jard�n como una exhalaci�n, se
refugi� en el pabell�n, y fue a esconderse debajo del sof� en donde se
hallaba sentado Juanito.
Antes que don Salvador y su nieto se dieran cuenta de lo que suced�a,
Cachucha el cuadrillero y veinte o treinta personas m�s invadieron el
jard�n dando gritos de terror.
Previous Page
| Next Page
|
|