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Page 2
Por los a�os de 1598. compuso Lope de Vega una comedia intitulada: Los
Cautivos de Argel, cuyo argumento es el mismo que el del Trato de
Argel: y con efecto introduce en ella un cautivo llamado Saavedra, en
cuya introduccion tubo sin duda presente � Cervantes. A lo menos
supone sucedidos en el tiempo de su cautiverio los casos que refiere,
que casi son identicos con los que se leen en el Trato de Argel: como
son el martirio del Caballero de Montesa, las costumbres del Rey Azan,
la complicacion de los amores de amos y cautivos, que es lo que se
puede llamar la accion de la comedia. El desenlace es tambien casi
identico, y se reduce � que Azan concede libertad � los dos amantes
cautivos, que en Lope se llaman Leonardo y Marcela, con la misma
condicion, que vueltos � Espa�a adquieran el precio de su rescate, y
se lo remitan � Soliman su amo. Entre otras impropiedades, tampoco
guarda Lope la unidad de tiempo; porque suponiendo como se ha dicho,
los casos de su comedia sucedidos por los a�os de 1580. finge que
desde Argel se veian los fuegos del castillo de Denia, donde con
varios regocijos celebr� D. Francisco de Sandoval y Roxas, Duque
despues de Lerma, el casamiento de Felipe III. con la Reyna Do�a
Margarita, contraido el mencionado a�o de 1598. Esta conformidad de
casos, de escenas, y aun de expresiones con el Trato de Argel, que se
hallan en los Cautivos de Lope, prueba que �ste tubo presente alguna
copia de aquella comedia, que disfrut� plenamente; aunque siempre se
echa de ver aquella facilidad, viveza y discrecion de Lope de Vega.
Pero volvamos � Cervantes. El qual pensando muchos a�os despues que
compuso el Trato de Argel, que todavia parecian bien sus versos,
compuso otras ocho comedias; y viendo que ni los farsantes se las
pedian, ni otros las apreciaban, se las vendi� al librero Juan de
Villarroel, que las imprimi� el a�o de 1615. Hallase entre ellas una
intitulada: Los Ba�os de Argel, que casi es id�ntica, con la del Trato
de Argel. Conserva en ella principalmente la complicacion de amores de
amos y cautivos, aunque var�a los nombres; porque estas aficiones
ilicitas y contrapuestas de amos y esclavos hicieron tal impresion en
Cervantes, que no solo las conserva en esta comedia renovada, sino que
las repite en la Novela del Amante Liberal. Introduce de nuevo el amor
de una hija de Agi Morato, moro rico de Argel, llamada Zara, que
enamorada de D. Lope, uno de los cautivos del Ba�o, se comunicaba con
�l por medio de billetes que colgaba de una ca�a, con cuyo artificio
le provey� tambien de dineros. El desenlace � desenredo es igualmente
la libertad de los cautivos solicitada por el mismo D. Lope, que
viniendo rescatado � Espa�a, vuelve � Argel con una barca, donde trae
� todos los compa�eros que caben en ella, y � Zara especialmente, con
quien recibido el bautismo, se casa: suceso que no solo dice Cervantes
fue verdadero, sino que le renov� en D. Quixote. Si en el Trato de
Argel se notan impropiedades, no menos se observan en los Ba�os de
Argel. Una de las mas extraordinarias de �sta es fingir que los moros
vieron una armada de mas de trescientas galeras, representada en las
nubes heridas por los rayos del sol, y oyeron los tiros, y vieron los
fuegos: y pensando los Genizaros que la enviaba Felipe II. para
conquistar aquella republica de piratas, se enfurecieron de tal modo,
que para tener menos enemigos, hirieron � mas de veinte cautivos, y
quitaron la vida � mas de treinta. Un erudito Anonimo reimprimi� el
a�o de 1749. estas ocho comedias, acompa�andolas con un dilatado
prologo en que intenta probar que las compuso su autor con el fin de
ridiculizar las de su tiempo, que tanto solian pecar contra las reglas
del arte; asi como escribi� la Novela de D. Quixote con el de
ridiculizar los libros de caballerias. Ultimamente el c�lebre Abate D.
Xavier Lampillas pretende disculpar � Cervantes por un nuevo y
singular camino. Dice que estas ocho comedias no son suyas; _sino que
la malicia de los impresores public� con su nombre y prologo aquellas
extravagantes comedias, correspondientes al pervertido gusto del
vulgo, suprimiendo las que verdaderamente eran de �l, �
transformandolas en un todo_. Pero como los defectos de la del Trato
de Argel, que Cervantes reconoce por suya, y de la qual dice se recit�
con general aplauso, certifican de las irregularidades de las que
despues �l mismo di� � la estampa, se infiere que Cervantes no compuso
sus comedias con el fin que le supone el mencionado Anonimo, que
quiere hallar en ellas mas ingenio y artificio que el que tienen; y
que por consiguiente no es admisible el arbitrio que escogit� el Abate
Lampillas, aunque nacido de buen zelo por conservar la fama del autor
de D. Quixote. Lo primero, porque �l mismo se declara autor de ellas
en la dedicatoria al Conde de Lemos, y en el prologo: y el estilo y
discurso de ambas composiciones no permite sospechar que sean de otra
pluma: lo segundo, porque no es creible que ninguno tubiese el
atrevimiento de prohijar al verdadero autor � vista suya, unas obras
agenas en lugar de las suyas propias; y quando asi hubiese sucedido,
parece imposible que no se hubiese vindicado de semejante supercheria,
habiendo sobrevivido � la publicacion mas de un a�o. Antes se infiere
y se comprueba con estas comedias la doctrina del Doctor Juan Huarte
alegada por el ingenioso P. Vicente de los Rios en la Vida de Miguel
de Cervantes Saavedra: que para la aplicacion de los ingenios se debe
examinar, no solo la ciencia que se adequa mas � cada uno, sino
tambien si se acomoda mejor � la teorica que � la practica de aquella
ciencia: porque estas requieren por lo comun, diferente indole de
ingenio. En Cervantes, prosigue Rios, se verific� plenamente esta
observacion. Nunca acert� � componer comedias, y poseia perfectamente
su teorica, como lo acreditan muchos lugares de sus obras, y
especialmente el Coloquio entre el Cura y el Canonigo de Toledo, que
inserta en la primera parte de D. Quixote. Por los defectos expuestos
del Trato de Argel, se puede hacer alg�n juicio de la Numancia, aunque
es algo mas regular.
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